La familia ayuda a crear una mejor sociedad
-La familia ayuda a crear una mejor sociedad
-La educación de los niños no comienza en la escuela, sino
en casa.
-Las formas de conducta, el comportamiento social, y muchas
otras características importantes nacen en el seno de la familia
-La familia apoya el desarrollo de cada uno de sus integrantes
-La familia enseña a sus hijos disciplina, valores y hábitos
Sé consciente de que el poder está en ti, y que aunque
cueste, puedes conseguirlo
Hoy quiero aportarte 8 acciones que todos los padres
deberíamos llevar a cabo, de manera diaria, con nuestros hijos. No son mágicas,
pero te aseguro que si te las tomas en serio y las realizas, la relación y la
comunicación con tus hijos, mejorará enormemente:
Escuchar:
muchas veces las familias van con tanta prisa, que piensan más en los logros de
las rutinas, que en escuchar a sus hijos. Cada día, hay que escuchar con
interés a los hijos, interactuar con ellos y demostrar que todo lo que forma
parte de su vida, también forma parte de la tuya.

Besar y abrazar: parece obvio, pero la realidad es que muchos niños no gozan de estos gestos por parte de sus padres. Nuestros hijos necesitan las muestras de amor físicas como parte de su desarrollo. No se trata de forzar este contacto, simplemente, de dar el cariño físico que ellos necesitan. Así como a ti te gusta que tu pareja te demuestre el amor besándote y abrazándote, y lo necesitas, sería incoherente pensar que tus hijos pueden prescindir de ello.
No reprimir sus emociones: muchas familias reprimen las emociones de sus hijos. No les dejan expresar lo que sienten, y, por lo tanto, los niños, no aprenden a reconocer sus emociones. Frases como : <<no llores, no te enfades, no te pongas triste…>>, forman parte del guion diario familiar.
Y ésto, no hace otra cosa que entorpecer el autoconocimiento y la personalidad real de los niños. Siempre hay que acompañar a los hijos desde el respeto, y reprimir sus emociones, no es respetar.
Permitirles tomar decisiones: los niños tienen derecho de tomar sus propias decisiones, de hecho, empiezan a tomarlas muy pronto (si se les deja). El problema, es que los padres no suelen favorecer esta toma de decisiones. Y luego es cuando vienen los problemas del tipo: << cómo puede ser que no haya sabido decidir entre si realizar el bachillerato de ciencias o de letras >>, << cómo es posible que no sepa si le gusta más el fútbol o el baloncesto>>, <<cómo es posible que en clase insulten a un compañero y él no haya sabido decir que no entraba en ese juego>>, etc. Bien, toda esta poca personalidad a la hora de tomar decisiones es debido, precisamente, a no tener oportunidad nunca de decidir. No van a determinar, lógicamente, si la familia invierte en bolsa o no, pero sí hay que dejarles que decidan qué ponerse, qué ver en la televisión, etc. Con estas pequeñas decisiones, irán aprendiendo a tomarlas y a gestionarlas escuchándose a sí mismos, y no a los intereses de los demás.
Dejarles su propia
libertad: los niños, como todas las personas, necesitan ser libres, sentir
que son dueños de sí mismos. No te ofusques en marcar cada uno de sus pasos, y
preocúpate más de que tengan su propio espacio no-guiado ni marcado por ti.
Deben tener también, libertad para moverse. A veces los padres ni siquiera
toleran que sus hijos salten, corran, bailen, tiren cosas, prueben su fuerza,
etc. Parece que sean pequeños soldaditos que deben seguir normas estrictas de
preparación para salir a batallar. La vida no es una batalla, la vida tiene
cosas buenas y malas, y hay que saber manejar ambas, no sólo el bando
“negativo”, y para la vida en toda su plenitud, es para la que debemos guiar a
nuestros hijos.
Jugar: dentro de
esta libertad, los niños necesitan jugar. La obligación que tienen los niños
es, únicamente, la de jugar. Muchos padres les dicen la típica frase de:
<< si lo único que tienes que hacer es estudiar: ¡estudia! >>. Sin
darse cuenta, de que la única responsabilidad que deberían tener los niños es:
jugar y disfrutar de su infancia. Cuando tienen tiempo para esto, desarrollan
su mente de manera óptima. No sólo tienes que aportar espacio para que jueguen
libremente, sino que también, debes tener tiempo para jugar con ellos. No hay
que estar con los hijos sólo en los momentos de rutinas y obligaciones, también
en los momentos de ocio y diversión, y éstos, deben ser diarios, no sólo los
días de fiesta.
Disfrutar de ellos:
no dejes que tu propio estrés impida el que disfrutes de tus hijos. Saborea
cada instante con ellos y que además, sean conscientes de que estás disfrutando
de su compañía. El tiempo vuela, no te dejes engañar por falsas creencias que
indican que hay que tener “mano dura” con los hijos, porque a nadie le hace
bien la mano dura, nos alejamos rápido de quien la tiene con nosotros.
Comentarios
Publicar un comentario